3 de febrero de 2013

EXITO

Me pregunto: ¿De que sirve fijar la atención en los logros ajenos como reflejo de nuestra realidad?

Pasaste alguna vez por la experiencia de alegrarte cuando realizas una meta genuina, que proviene de tu alma, por pequeña que pueda parecer?
Tal vez también alegrarte con éxito de otros, sólo porque lograron sus objetivos?

Conseguir buen auto, un buen matrimonio, un empleo importante, una gran casa, una profesión "respetable", puede significar un gran placer... ó un gran vacío, cuando respondemos a un mandato externo.
La sociedad nos propone trampas, pidiéndonos constantemente que califiquemos con las mejores notas en cumplir objetivos, que no siempre coinciden con nuestra realización... Estas propuestas las recibimos desde la cuna, constantemente, inconscientes de ciertos mensajes que configuran lo que luego creemos que es la felicidad y el éxito.

¿Que crees que es el éxito?


¿Qué tal si es -apenas y nada menos que- ese instante sublime en el que sentimos la plenitud de "haberlo logrado"?

¿Cómo sería sentir que esa plenitud nos habla de nuestro ser, en vez de dejarnos deseando más?...

Creo que al ir buscando y descubriendo el propósito de nuestras vidas, al ponernos a trabajar desde el compromiso con nuestra Misión, descubrimos el placer del servicio sin esfuerzo, del Amor incondicional.


¿Te animas a probar?...

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